Quiche de tres quesos
Quiche de tres quesos, el sabor de un recuerdo parisino.
Os puedo asegurar que nos ha costado llegar a esta receta que os presentamos. La quiche es una receta bastante corriente, pero íbamos buscando una quiche en particular, el sabor de un recuerdo parisino. A mi hermana y a mi de vez en cuando nos gusta darnos un respiro y sin pensarlo demasiado nos vamos dos o tres días a Paris. Son viajes intensos ya que compaginamos la visita a algunas exposiciones y museos con las compras. Son viajes relámpago y no tenemos tiempo para sentarnos en un restaurante y comer tranquilamente. Nos gusta sentarnos en alguna de las estupendas pastisseries y elegir varias porciones de tartas saladas y dulces. Del último viaje recordábamos una quiche de quesos muy alta, de mas de dos dedos, donde el queso azul se mezclaba con la crujiente pasta quebrada y el aroma de la mantequilla. Tras varios intentos pudimos trasladarnos a través del sabor hasta aquel precioso recuerdo.
INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)
375 g de queso emmental
75 g de queso roquefort
75 g de queso gorgonzola
2 cebollas tiernas
300 ml de nata líquida 35% de grasa
4 huevos
aceite de oliva
sal
Masa quebrada
440 g de harina
220 g de mantequilla
2 huevos
2 o 3 cucharadas de agua fría
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azucar
Elaboración
01 Nos gustan la quiche bastante alta, tanto la galleta como el relleno, por lo que las cantidades son casi el doble de una quiche delgada. En cuanto a la pasta quebrada preferimos que nos sobre (se puede congelar) que nos falte, la montamos en un molde cuadrado desmontable que mide 23 cm x 23 cm con una altura de 7 cm. Preparamos la masa en un cuenco añadiendo la harina, la mantequilla, el huevo, el agua fría, la azúcar y la sal. Amasamos hasta conseguir una masa compacta y la dejamos reposar en el frigorífico durante 30 minutos. Es aconsejable que la mantequilla este a temperatura ambiente, blandita pero no liquida, sino endurecería mas al enfriarse. Los ingredientes hay que intentar mezclarlos suavemente con los dedos pero sin amasar. Uno de los secretos de las pasta quebrada es no trabajarla demasiado sino tenderá a ponerse dura. No os preocupéis por el aspecto debe ser el de una masa desigual
02 Precalentamos el horno a 180ºC
03 Estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, espolvoreando con harina para que no se pegue, hasta obtener un grosor de 3 o 4 milímetros.
04 Para colocar la masa, la enrollamos en el rodillo y la desenrollamos sobre el molde al que hemos pincelado uno poco de mantequilla y espolvoreado algo de harina. Ajustamos la masa presionado contra el fondo y las paredes del molde. Si se nos hace alguna grieta solo tenemos que poner un poco de agua y lo reparamos con un parche de masa sin miedo alguno.
05 La pinchamos con un tenedor, la cubrimos con papel de horno (papel encerado) y volcamos sobre ellas unos garbanzos crudos que tenemos reservados en la cocina con este fin, se trata de añadir peso sobre la pasta para que no forme burbujas al hornearse.
06 Picamos y pochamos las cebollas con un chorrito de aceite, escurrimos y reservamos.
07 A los 15 minutos aproximadamente la sacamos del horno y retiramos los garbanzos y el papel.
08 Batimos un huevo y con un pincel pintamos la superficie de la base que acabamos de hornear, la volvemos a meter en el horno de 3 a 5 minutos. Es un truco que permeabiliza la base del pastel e impide que quede blanda una vez colocamos el relleno.
09 Batimos los huevos en un cuenco e incorporamos la nata líquida, la cebolla pochada, el queso roquefort y gorgonzola. Mezclamos y reservamos.
10 Rallamos el queso y lo distribuimos por la superficie de la base de nuestra quiche. Repartimos la mezcla que hemos batido.
11 Horneamos a 180ºC aproximadamente 20 minutos. Sabremos que esta cocinada cuando introduzcamos una aguja de horno y salga limpia. Esta receta al llevar bastante relleno puede que tarde un poco más. La última que preparamos le costó cuajar 30 minutos y tuvimos que ponerle a los 20 minutos un papel de aluminio por encima para que la superficie no se tostara demasiado.
12 Dejamos templar y desmoldamos.
13 Si os sobra algo para el día siguiente meterla al horno unos minutos, incluso la pasta vuelve a recuperar su crujiente.