Solomillo embalado, sorprendete con lo que este solomillo esconde.

Os habréis dado cuenta que nos gusta envolver los alimentos, uno de nuestros juegos infantiles preferidos consistía en envolver objetos, placer por cubrir para después descubrir. En la cocina podemos seguir jugando, nos gusta provocar la sorpresa con un pastel, una tarta, unos raviolis, unas piruletas, una empanada, etc... En esta ocasión volvemos a presentaros una nueva versión del solomillo Wellington, relleno de sobrasada y dátiles, sencillamente delicioso.

INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)

1 solomillo de cerdo

100 g de sobrasada

1 lámina de hojaldre

4 dátiles

1 huevo

aceite de oliva

sal

pimienta

dos o tres palos de brocheta

Elaboración

01 Sacamos la sobrasada del frigorífico unas horas antes de cocinar el solomillo para que este más manejable.

02 Precalentamos el horno a 180ºC

03 Cortamos el solomillo transversalmente, por la mitad sin llegar a partirlo en dos trozos, y lo salpimentamos por fuera y por dentro.

04 Partimos los dátiles por la mitad, si tuvieran hueso lo retiramos.

05 Extendemos la sobradada con la ayuda de un tenedor sobre el solomillo y colocamos los dátiles partidos sobre ella.

06 Enrollamos el solomillo y lo cerramos con los palos de brocheta. Sellamos el solomillo relleno en una sartén con un chorro de aceite de oliva.

07 Hacemos unos cortes como si fueran líneas discontinuas con la punta de un cuchillo sobre la lámina de hojaldre, realizaremos varias a diferentes alturas, con esto conseguiremos un aspecto de red.

08 Colocamos el solomillo sobre el hojaldre, lo envolvemos y cerramos bien los laterales pegándolos con huevo batido.

09 Con un pincel pintamos con el resto del huevo batido la superficie del hojaldre. Horneamos a 200º C aproximadamente de 20 a 30 minutos. Siempre os damos el mismo consejo pero el horno es preferible controlarlo de cerca, los tiempos varían dependiendo del electrodoméstico.

10 Podemos servir el hojaldre entero en una bandeja, los cortes que hemos realizado en forma de red le dan una magnífica vista a nuestro plato.