Isla y mar de huevo


 

ISLA Y MAR DE HUEVO, POSTRE VAPOROSO DE CLARA Y YEMA.

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Os presentamos un nuevo postre cuyo ingrediente protagonista vuelve a ser el huevo, en esta ocasión nos hemos inspirado en un dulce de origen francés “île Flottante” (isla flotante) compuesto por merengue acompañado de crema inglesa. Casi por arte de magia, tras una sencilla elaboración, las dos partes del huevo: clara y yema se transforman en dos texturas poéticas que componen este vaporoso y sutil postre.

El huevo invertido

 

HUEVO INVERTIDO, AMARILLO POR FUERA Y BLANCO POR DENTRO.

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¿Como transformarías un huevo, sin añadir ni restar ninguna de sus partes, en “un huevo original”? Nuestros enigmáticos huevos de doble yema, aunque espectaculares no dejan de ser una singularidad de la naturaleza. Pero alterar el orden o la posición de sus partes podría ser la solución al juego que os proponemos. Pensareis que, por ejemplo, invertir la clara por la yema más que una maniobra complicada parece una hazaña imposible. No, no hemos encontrado ninguna gallina mágica que sea capaz de poner un huevo invertido, lo que hemos descubierto en el ciberespacio ha sido un sencillo experimento de física que nos permite intercambiar la posición de la parte blanca y la amarilla del huevo. El resultado ya lo veis, es sorprendente tanto estética como gastronómicamente.

Cuateeee aquí hay dos yemas!

 

Cuateee aquí hay dos yemas, huevos rancheros para disfrutar sin trabajar.

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En nuestra categoría protagonista, os presentamos una receta de huevos que ha despertado nuestro interés por su singularidad y facilidad. Aunque no somos demasiado entusiastas de lo picante nos gusta a menudo degustar un buen plato mexicano. Los huevos rancheros son de esas recetas tradicionales que dejan huella y debe su nombre al almuerzo que los jornaleros mexicanos realizaban en el rancho. La famosa e histórica publicidad “Cuateee aquí hay tomate” que dio a conocer el tomate frito Orlando y forma parte del imaginario colectivo nos ha servido de inspiración para titular esta receta que hemos adaptado a nuestro gusto. En nuestra niñez entonamos la canción del anuncio millones de veces desconociendo lo que representaba. Años mas tarde el significado de la palabra “cuate”, “igual” o “gemelo” ha sido el detonante para bautizar una receta con nuestros emblemáticos huevos de dos yemas.