ALBARICOCOS, PRESENTE DEL PASADO.
Somos muy golosas y este postre es todo un descubrimiento, combina a la perfección lo extremadamente dulce de la mermelada con la acidez propia de la fruta. Los albaricoques son la fruta de nuestra niñez, pasábamos horas subidas a unos árboles próximos a la casa de campo familiar. Eran frutales muy grandes, con troncos y ramas muy resistentes, el escondite perfecto para jugar y comer a la vez. Esta receta se la dedicamos a nuestra querida prima Pepa Ruiz con la que compartimos centenares de aquellos míticos frutos.