Focaccia con azul y rojo
Focaccia, pan italiano al que no le hace falta compañía.
Con este tipo de pan no funciona el refrán español, “pan con pan comida de tontos”. Cerca de casa hay un establecimiento donde preparan comida italiana para llevar, a mi chico se le van los ojos cada vez que pasamos por su escaparate, la focaccia que venden es exquisita. Me planteó el reto de prepararla, y pensé que con la ayuda de una pequeña panificadora no tendría porque resultar tan complicado. !Os animo¡ merece la pena el esfuerzo, puedes preparar una cena a base de pan. La focaccia es un pan tradicional italiano. Pan plano cubierto con hierbas y otros productos. Y que generalmente se aliña con aceite de oliva y sal gruesa, aromatizándola con hierbas como el romero. Algunas versiones llevan cebolla y permiten infinitas combinaciones. La masa de la focaccia es similar, en estilo, a la de la pizza, y consiste en harina con alto contenido de gluten, aceite, agua, azúcar, sal y levadura. El único consejo que os doy es que tengáis paciencia entre paso y paso, hay que esperar alguna que otra hora. Si habéis pensado comerla para cenar tenéis que poneros con las manos en la masa después del cafetito de la comida.
INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)
Masa
500 g de harina de trigo
375 ml de agua
5 g de sal fina
2 cucharadas de aceite de oliva
un sobre de levadura de panadero (bolitas muy pequeñas)
Topping
aceite de oliva
sal maldon
queso azul
tomates deshidratados
Elaboración
01 En este paso os indicamos como hacerla con y sin panificadora.
Panificadora
Colocamos el agua, la sal, el aceite, la harina y la levadura en la cubeta. Elegimos el programa para masa. En la nuestra tarda una hora y cincuenta minutos. Si tenéis ocasión os recomiendo que os compréis una, en el mercado hay marcas a precios asequibles, son pequeños electrodomésticos que no son demasiado grandes para almacenar y aunque no se utilizan todos los días pueden servirnos de gran ayuda. Por supuesto debéis de tener intención de utilizarla a menudo sino no merece la pena. Nosotras la hemos utilizado en variedad de panes, plum cake y donuts. Ya iremos subiendo las recetas.
A mano
Calentamos un vaso de agua hasta que esté tibia (nunca caliente). Echamos la levadura, y removemos para que se hidrate bien. Lo dejamos reposar 10 minutos. Pasado este tiempo, hacemos un volcán con la harina. En el centro añadimos el aceite, la sal, y la mezcla de agua y levadura. Removemos un poco con la mano, para que empiece a mezclarse. Poco a poco vamos añadiendo el resto del agua, mezclando continuamente para integrar bien todos los ingredientes. Tenemos que amasar la masa al menos 10 minutos, para que quede bien elástica y manejable. Hacemos una bola con ella, la tapamos con un paño seco y la dejamos reposar al menos una hora, hasta que doble su volumen. Os aconsejamos hacerlo dentro del horno o del microondas con la puerta cerrada, para evitar cualquier tipo de corriente que impediría que fermentara bien. También podemos meterla toda la noche en la nevera, y así “repartimos” el trabajo en dos días. Cuando haya doblado su volumen, apretamos la masa para desgasificarla, ira perdiendo volumen.
02 Ponemos un papel de cocina en la bandeja del horno que vayamos a utilizar y lo pintamos, con la ayuda de un pincel, con aceite de oliva.
03 Colocamos la masa en el centro, y la vamos extendiendo con las manos dándole forma y estirándola, hasta que quede más o menos de 1 cm de espesor.
04 La dejamos reposar otra hora dentro del horno apagado hasta que doble su volumen.
05 Pasada esta hora, la sacamos para hacer los típicos agujeros de la focaccia, vamos clavando los dedos en la masa. Volvemos a dejarla reposar y cuando haya doblado su volumen, la pintamos con aceite de oliva y le ponemos lo que queramos por encima. Nosotras hemos decidido que una mitad estuviera acompañada por tomates deshidratados (los hemos tenido en agua media hora antes, después los hemos escurrido bien) y la otra mitad con queso azul a pegotitos. Por las dos partes hemos repartido algunas escamas de sal maldon.
06 Metemos la focaccia en el horno precalentado a 180º alrededor de 20 minutos, hasta que esté la superficie dorada, os volvemos a recomendar que mirar el horno un poco antes del tiempo recomendado nos evitará algún susto.
07 La sacamos del horno, y la colocamos sobre una rejilla para que se enfríe. A nosotras nos encanta comerla calentita, sin dejar que enfríe del todo. Si os sobrara para el día siguiente le va bien pasarla por el horno unos minutos.